Capítulo 1: El primer encuentro
Jasper asegúrate que este tipo no
vuelva a poner un pie en este lugar- le pedí al guardia que se encontraba en la
salida trasera del bar. Era el día de la inauguración y ya se había producido la primera pelea,
tendré que contratar más guardias, un punto más a mi lista de pendientes de
hoy.
Por supuesto jefe- respondió
tomando al hombre y llevándolo fuera.
Mi próxima conquista me esperaba,
la chica tenía un rostro dulce e inocente, su físico estaba bien, sin embargo
he tenido mejores, pero la noche es larga y aquí hay muchas mujeres, ser el
dueño del bar tiene ciertos beneficios, ya que todas las chicas quieren salir
contigo, para conseguir descuentos y pases gratis, comencé a mirar mientras
caminaba de regreso a la barra, el paisaje era hermoso, tantas chicas por coger
pensé de forma pervertida.
-¿Está todo bien?- pregunto en un
tono dulce, en cuanto estuve a su lado nuevamente.
-Si preciosa, ese tipo nunca más
pisara este lugar, puedes estar tranquila, promesa de Black- respondí e hice
señas al bar tender para que me trajera un Whisky.
Ella me sonrió, le guiñe un ojo y
pude notar que sus mejillas se sonrojaron, esta chica estaba lista para
llevarla donde yo quisiera, el que sonrojara sus mejillas me dice dos cosas,
primero que le gusto y mucho, segundo, la muy descarada con su carita de ángel
ya se había imaginado en mi cama. Siempre era igual.
-¿Quieres que nos vamos a un
lugar más privado, para que nos conozcamos mejor?- pregunte bebiendo de mi
vaso. Entonces su expresión cambio.
-Ya sabía yo que tanta amabilidad
no era solo por gusto- dijo dejando su vaso en la barra y poniéndose de pie.
-¡Ay por favor, no te hagas la
desentendida!- exclame poniendo los ojos blancos- tu sabias donde llegaría
esto, todas lo saben y por eso me buscan- me puse de pie con mi vaso en la mano
y vi como la chica se marchaba, no es la última dije, mirando la pista de
baile, donde un montón de hembras se
meneaban al ritmo de la música. Decidí infiltrarme en la pista y buscar mi
siguiente conquista, me encontraba en ello cuando de la nada una chica apareció
y choco contra mi, la muy bruta se fue directo al suelo y vació mi trago en su
blusa.
La levante de un brazo antes que
la multitud la aplastara, llevándola hacia un costado, cerca del VIP, solo a
ella se le ocurría caerse en plena pista de baile. Parecía una gata, tratando
de librarse de mi agarre, pero le fue inútil.
-¡Suéltame!, ¡por favor¡- gritaba
como histérica.
-Ya tranquilízate- grite y la
solté-
No sabía el significado de la
palabra perfección hasta que la mire a los ojos, era la primera vez que veía a
una mujer a la cara y no era para que no se percatara de que miraba sus senos,
era hermosa, y esa palabra no es suficiente, ella me gritaba, pero yo estaba embelesado
con su belleza, su pelo cobrizo con bucles caía de forma suave hasta la
cintura, su piel en la palidez perfecta, sus labios eran carnosos y parecían
llamarme a besarle, no pude distinguir el color de sus ojos, a causa de las
luces, pero me hipnotizaron, no pude dejar de verla a los ojos por un par de
minutos. Luego de observar su rostro decidí bajar mi mirada, su cuello fino
llevaba a sus hombros sensuales, que quedaban al descubierto por el diseño de
su blusa, su busto era normal pero se veía firme y sus pezones estaban erectos debido
a que el whisky empapo su ropa, cintura pequeña, caderas anchas, jeans
ajustados y zapatos casuales, no usaba taco como todas las chicas. Mi madre
cuando pequeño me dijo una vez, “Cuando puedas mirar al rostro a una mujer por
más tiempo que a su físico, es por qué vale la pena”.
La oía gritar,
hacerme señas, y a pesar que
estaba frente a mí, no preste atención a ninguna de sus palabras, me acerque
más, precavidamente, la tome por la cintura, y la besé, sus labios
sabían a miel, eran suaves y esponjosos, su boca era exquisita, entendí que
nunca volvería a probar unos labios así, debían ser míos, a toda costa. Ella
respondió mi beso por unos segundos haciendo que olvidara donde me encontraba, solo
salí del trance cuando sentí la bofetada en mi rostro.
-¡Eres un idiota!- por fin logre
prestar atención a lo que decía.
-¡Al menos podrías disculparte,
en vez de insultarme, me estrellaste, derramaste mi whisky y me abofeteaste!-
respondí mirándola como Jacob Black, pero sin dejar ir aun, al hombre enamorado,
sería posible que con solo verla, me hubiese enamorado, jamás sentí esto antes
con nadie, y siento que podría soportar todo solo para estar con ella.
-Deberías traer un letrero en la
frente para prevenir a las chicas lo bestia que eres- me aseguro. Nunca antes
había disfrutado que me insultaran o me alzaran la voz, pero viniendo de ella,
no me importaba. De pronto se acercó un hombre de mi altura y bien vestido.
-¡Renesmee, ¿estás bien?!-
exclamo mirando a la chica frente a mí.
¡Demonios!, pensé, tiene novio,
como era mi suerte, o mi mala suerte, encontrar a la mujer de mis sueños y que
no esté disponible.
-¿Este imbécil te está
molestando?- le pregunto apuntándome con su dedo índice.
-No Nahuel, solo fue un pequeño
accidente- dijo y me miro de reojo, ella me estaba defendiendo, lo tomo del
brazo y se marchó. Yo me quede allí, inmóvil, mirando cómo se alejaba mi
felicidad, antes de perderle de vista, ella se giró a mirarme, y ese gesto me
dio a entender que debía ir por ella.
Renesmee, fue todo lo que recordé
de las palabras de ese idiota, jamás olvidaría ese nombre y si es necesario
gastare la fortuna de mi padre buscándola.
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